Año tras año, se hace más obvio que el uso de combustibles fósiles para impulsar nuestra economía y estilos de vida individuales junto con el mal uso de los recursos naturales en general, está causando efectos muy perjudiciales tanto en el medio ambiente natural como en el futuro de la población mundial.

En la isla de Ibiza, estamos bendecidos con una amplia oferta de energía solar (unos 300 días de luz solar natural cada año), mucha energía  eólica en varias zonas, así como literalmente, miles de toneladas de biomasa en forma de arbustos no deseados y de árboles muertos ahogando nuestros bosques y causando un enorme riesgo de incendio durante los veranos extremadamente secos. También hay una enorme cantidad de excrementos humanos, que fácilmente se pueden convertir en biogás, para alimentar  nuestros vehículos, la industria turística y los hogares, cuando la luz del sol o la energía eólica sea escasa o no esté disponible.
Sin embargo, se ha calculado recientemente que sólo conseguimos producir menos del 0,5% de nuestras necesidades energéticas a partir de estas fuentes disponibles localmente, por lo que claramente, tenemos mucho por hacer si algún día deseamos tener éxito en ser de alguna manera independientes de la energía, como comunidad isleña  vulnerable que somos.
Otro misterio es la forma en la que utilizamos todo el agua disponible naturalmente en la isla para luego tener la necesidad de gastar enormes cantidades de dinero quemando combustibles fósiles con el fin de producir suficiente cantidad de este líquido tan importante para abastecer a nuestra industria de turismo continuamente en expansión y la demanda interna.